El apio, junto con
el perejil y el hinojo, son plantas que forman parte de la familia
denominada umbelíferas.
Desde hace siglos, el apio ha sido utilizado por diferentes culturas como fundamento de la medicina natural, por ello su consumo se ha popularizado ampliamente y se lo ha utilizado como ingrediente clave de muchas de las fórmulas medicinas actuales.
Se
trata de un vegetal con interesantes propiedades nutritivas, pues contiene
vitaminas del grupo A, B, E y C. Además posee minerales indispensables para el
organismo como hierro, potasio, zinc, fósforo, azufre, cobre, aluminio y
manganeso.
Una
infusión de apio tomada diariamente ayuda a prevenir la hipertensión y los
dolores menstruales, así como los altos niveles de colesterol. Y tomada
tibia y constantemente cura los problemas de afonía o falta de voz.
Las
semillas de apio poseen aceites esenciales (limoneno y selineno) y la raíz
contiene asparagina. Estos componentes ejercen una destacada acción
depurativa y diurética. Gracias a los aceites que posee, ofrece un efecto
de dilatación en los vasos renales y así estimula al organismo a eliminar
impurezas y líquidos sobrantes, equilibrando el funcionalismo vital.
Es
muy eficaz para tratar cálculos de vesícula y riñón, ya que colabora en
la eliminación natural de arenillas. También es muy efectivo en
las afecciones del hígado.
Puede
resultar muy benéfico en problemas circulatorios porque si se lo consume en
forma regular, ayuda a reducir notablemente el nivel de colesterol en
sangre, a eliminar el ácido úrico, a prevenir afecciones al corazón y a
combatir la hipertensión.
Gracias a su contenido de flavonoides, el apio es recomendable para tratar problemas de articulaciones. Los flavonoides ejercen una función antinflamatoria, antioxidante, y estimulan la inmunidad. Si a todo esto se suma el silicio, se obtiene un aumento en la producción y renovación del tejido articular y conjuntivo.
Gracias a su contenido de flavonoides, el apio es recomendable para tratar problemas de articulaciones. Los flavonoides ejercen una función antinflamatoria, antioxidante, y estimulan la inmunidad. Si a todo esto se suma el silicio, se obtiene un aumento en la producción y renovación del tejido articular y conjuntivo.
Se
obtiene un alivio notable en aquellas inflamaciones causadas por gota,
reuma y artritis, ya que esta planta colabora en la eliminación de ácido
úrico, principal causa de las dolencias mencionadas.
La
planta del apio seca y triturada es muy útil a la hora de curar llagas en
la boca y problemas en las encías. Solo necesitas utilizarla como enjuague
bucal dos o tres veces por semana.
Para
los más pequeños de casa, el apio hervido (un puñado bien pequeño) en un litro
de agua y tomado antes de cada comida ayuda a generar un buen
apetito.
Este
vegetal como ingrediente de comidas y ensaladas ayuda a fortalecer,
regular y mantener sano el intestino, lo que colabora en la digestión y
los problemas de estreñimiento.
Los
zumos o concentrados de apio tienen dos propiedades especiales y muy
reconocidas a nivel mundial: la de calmante y la
de afrodisíaco. Beber un vaso de zumo de apio al día generará un
efecto tranquilizante, anti estrés.
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