"Siempre habrá cosas
que no podemos controlar, y si seguimos queriéndolo hacer, serán una gran
fuente de ira, frustración y estrés.
La solución es simple: aprender cómo dejarte fluir.
Puedes tener una perfecta y pacífica rutina al despertarte todos los días.
Has arreglado todo, para tener buenas mañanas y hacer cosas que te brinden calma y felicidad.
Y de repente, un caño se rompe y tienes que pasar la mañana completa tratando de limpiar.
O ya estabas por salir con tus hijos y te ensucian la ropa al derramar el desayuno y todo se complica.Trayendo todo el estrés del mundo porque se cambió tu rutina. Este hecho arruina tu día entero. ¿Es así?
Sabemos que no se debe arruinar todo el día y hay que aceptar el cambio sin enojo y frustración.
Resolver el problema lo mejor que podamos y seguir adelante.
Date cuenta de que no puedes controlarlo todo. Aunque todos lo sabemos, la manera en la que actuamos, sentimos y pensamos muchas veces contradice esta verdad básica.
Nosotros no controlamos el universo y aún así, desearíamos poder hacerlo. Es cierto que puedes influenciar las cosas pero muchas otras están simplemente fuera de nuestro control.
Tú puedes controlas tu rutina matutina, pero habrá ciertas cosas que suceden de vez en cuando (enfermedad, accidentes, llamadas telefónicas) que interrumpirán tu rutina.
Date cuenta que estas cosas van a pasar. Situaciones que no están en nuestras manos y que nos afectan en cualquier aspecto de nuestras vidas y debemos aceptarlo como tal, de no ser así, viviremos constantemente frustrados. Piénsalo un poco.
No puedes cambiar las cosas en tu cabeza si no estás consciente de ellas. Conviértete en observador de tus pensamientos, como un auto-evaluador.
Date cuenta cuando te molestas, para poder hacer algo al respecto. Anota en una libreta por cada vez que te enojas, por una semana. Así, poco a poco te darás más cuenta de tu ira y frustración.
Cuando sientas que comienzas a enojarte o frustrarte, toma aire profundamente, varias veces. Este paso es importante para calmarte. Al practicarlo ya tienes un camino avanzado.
Si te enojas por cualquier cosa que pasa, como que el auto se descompone o los niños rompen algo, toma una respiración profunda, da un paso para atrás, siente como que estás viendo una película, y verás mucho más de lo que habías visto antes. Alejarse de las cosas ayuda porque te das cuenta de que en realidad no es tan importante como parecería y dejas de darles importancia. Entonces, ¿para qué enojarse? No puedes cambiarlas ya paso, no vale la pena traer más problemas, como arruinando tu día.
Siempre ayuda ver las cosas de forma divertida que frustrarte.
Ríete cuando algo no te sale bien, ya lo aprenderás y lo harás mejor.
Se requiere ser observador de la situación para poder reírse, por lo que tienes que verla desde arriba, no desde dentro.
Esa separación es magnífica, así que si puedes reírte de las cosas, has alcanzado un punto significativo. ¡Intenta reír aunque no creas que es gracioso!, poco a poco se convertirán en graciosas las situaciones.
Una vez al día trata de pensar y escribir sobre las situaciones, ¿qué te molestaron?, ¿Por qué? ¿Qué hiciste al respecto? ¿Si funcionó? ¿Qué puedes hacer la próxima vez? Esto te ayudará a aprender de tu proceso.
¿Eres de enojarte mucho? ¿Por qué?"
La solución es simple: aprender cómo dejarte fluir.
Puedes tener una perfecta y pacífica rutina al despertarte todos los días.
Has arreglado todo, para tener buenas mañanas y hacer cosas que te brinden calma y felicidad.
Y de repente, un caño se rompe y tienes que pasar la mañana completa tratando de limpiar.
O ya estabas por salir con tus hijos y te ensucian la ropa al derramar el desayuno y todo se complica.Trayendo todo el estrés del mundo porque se cambió tu rutina. Este hecho arruina tu día entero. ¿Es así?
Sabemos que no se debe arruinar todo el día y hay que aceptar el cambio sin enojo y frustración.
Resolver el problema lo mejor que podamos y seguir adelante.
Date cuenta de que no puedes controlarlo todo. Aunque todos lo sabemos, la manera en la que actuamos, sentimos y pensamos muchas veces contradice esta verdad básica.
Nosotros no controlamos el universo y aún así, desearíamos poder hacerlo. Es cierto que puedes influenciar las cosas pero muchas otras están simplemente fuera de nuestro control.
Tú puedes controlas tu rutina matutina, pero habrá ciertas cosas que suceden de vez en cuando (enfermedad, accidentes, llamadas telefónicas) que interrumpirán tu rutina.
Date cuenta que estas cosas van a pasar. Situaciones que no están en nuestras manos y que nos afectan en cualquier aspecto de nuestras vidas y debemos aceptarlo como tal, de no ser así, viviremos constantemente frustrados. Piénsalo un poco.
No puedes cambiar las cosas en tu cabeza si no estás consciente de ellas. Conviértete en observador de tus pensamientos, como un auto-evaluador.
Date cuenta cuando te molestas, para poder hacer algo al respecto. Anota en una libreta por cada vez que te enojas, por una semana. Así, poco a poco te darás más cuenta de tu ira y frustración.
Cuando sientas que comienzas a enojarte o frustrarte, toma aire profundamente, varias veces. Este paso es importante para calmarte. Al practicarlo ya tienes un camino avanzado.
Si te enojas por cualquier cosa que pasa, como que el auto se descompone o los niños rompen algo, toma una respiración profunda, da un paso para atrás, siente como que estás viendo una película, y verás mucho más de lo que habías visto antes. Alejarse de las cosas ayuda porque te das cuenta de que en realidad no es tan importante como parecería y dejas de darles importancia. Entonces, ¿para qué enojarse? No puedes cambiarlas ya paso, no vale la pena traer más problemas, como arruinando tu día.
Siempre ayuda ver las cosas de forma divertida que frustrarte.
Ríete cuando algo no te sale bien, ya lo aprenderás y lo harás mejor.
Se requiere ser observador de la situación para poder reírse, por lo que tienes que verla desde arriba, no desde dentro.
Esa separación es magnífica, así que si puedes reírte de las cosas, has alcanzado un punto significativo. ¡Intenta reír aunque no creas que es gracioso!, poco a poco se convertirán en graciosas las situaciones.
Una vez al día trata de pensar y escribir sobre las situaciones, ¿qué te molestaron?, ¿Por qué? ¿Qué hiciste al respecto? ¿Si funcionó? ¿Qué puedes hacer la próxima vez? Esto te ayudará a aprender de tu proceso.
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