Cuando nos despertamos todo nuestro cuerpo se encuentra adormecido, y en vez de incorporarnos con movimientos suaves, generalmente brincamos de la cama apenas escuchamos el despertador. Esta acción imprevista sobrecarga al cuerpo y en mucho de los casos ocasiona dolores en la espalda y fatiga generalizada durante la jornada.
Para activar el cuerpo con debemos realizar suaves estiramientos, que estimulen paulatinamente las funciones corporales.
Para esto solo necesitamos diez minutos antes de levantarnos de la cama. Sentir el cuerpo, en este momento, es darnos cuenta que los músculos y las articulaciones llevan horas en reposo y lo más apropiado y saludable, es activar su funcionamiento despacio, realizando para ello sencillos ejercicios que favorezcan la circulación y la movilidad de las numerosas articulaciones que nos facilita una libertad de acción corporal.Armonizando sus funciones y estableciendo un equilibrio en todo el cuerpo, reflejándose positivamente en nuestro estado de ánimo.
Mantenernos en la cama y movernos despacio en todas las direcciones, nos permite agilizar las funciones vitales del organismo.
Coloca las manos a los lados del cuerpo y deja la cabeza reposar en la almohada cómodamente. Estira las piernas y mueve los pies hacia delante y hacia atrás, sintiendo la articulación de los tobillos y cómo los músculos de las piernas se contraen y se estiran.
Después flexiona una pierna llevándola hacia el pecho, abrázala con tus manos y realiza unas diez respiraciones completas. Este sencillo y efectivo ejercicio estira los músculos de la espalda y masajea los órganos internos. Seguidamente hazlo con la otra pierna y para finalizar abraza ambas rodillas llevando ligeramente la cabeza hacia ellas, a la vez que sueltas el aire. Recuerda incorporarte de la cama de lado y lentamente, para conservar las fuerzas internas y gozar de un día lleno de energía.
Coloca las piernas flexionadas, con la planta de los pies apoyadas en la cama. Levanta una pierna y sitúa las manos entrelazadas en la corva. Extiende la pierna al mismo tiempo que tiras de ella hacia ti, todo lo que puedas. Hazlo lento, hasta sentir que estiras los músculos de la pierna y del muslo. Realízalo cinco veces con cada pierna.
Estira los brazo hacia atrás, entrelazando las manos. Dobla las piernas manteniéndolas juntas. Respira profundamente y al soltar el aire lleva las rodillas hacia un lado, hasta que toquen la cama. Siente como se estiran los músculos de la espalda y como ésta se relaja. Si sientes dolor no te fuerces. Seguidamente inspira y hazlo hacia el otro lado, dejando salir el aire en cada movimiento. Repítelo cinco veces hacia cada lado.
Estos ejercicios al despertarnos, favorecen nuestra flexibilidad corporal y la agilidad mental, lo cual nos permite pensar y actuar más apropiadamente
